El restaurador del vértigo
Franco Blumer trabaja a 110 metros de altura para recuperar el esplendor dorado de la ‘Madonnina’ que domina el Duomo de Milán
El restaurador del vértigo
Franco Blumer trabaja a 110 metros de altura para recuperar el esplendor dorado de la ‘Madonnina’ que domina el Duomo de Milán